domingo, 28 de noviembre de 2021

¿POR QUÉ DEBEMOS CREER EN LA BIBLIA?


Creo en la Biblia porque es el libro de mi Dios. Ella es… la Palabra de Dios y contiene la mente de Dios.

La Biblia es incomparable. No ha existido, ni existirá libro sobre la tierra que pueda compararse con ella o que pretenda superarla. No hay un solo libro que tenga tanto poder, para lograr cambios tan significativos en la conducta, en el comportamiento, en el carácter, en el corazón o en la vida de quienes llegan a leerla y a confiar plenamente en lo que en ella está escrito.
No hay ningún otro libro sobre la Tierra que haya tenido un solo autor, pero que haya sido escrito por muchos hombres de distintos oficios y personalidades, o cuyo mensaje haya sido inspirado por el mismo Espíritu Santo de Dios.
Su contenido es 100 % veraz, contiene la existencia de la humanidad desde sus inicios hasta su final. Los hallazgos históricos han comprobado su veracidad y todo lo que en ella está escrito ha acontecido a la humanidad. La mayoría de sus profecías se han cumplido y hay otras aún por cumplirse, pero se cumplirán en su totalidad.
La Biblia nos muestra a Dios, el creador y el sustentador de todas las cosas, a Jesús como nuestro Señor y nuestro Salvador; nos muestra cómo obtener el perdón de nuestros pecados, la salvación y el camino a seguir para llegar al cielo, a gozar de la presencia de Dios.
La Biblia contiene la verdad sobre esta vida y la eternidad. En sus páginas Dios describe el destino de la humanidad, vida eterna a los que obedecen sus mandamientos y condenación a quienes rehúsan creer en la verdad. También describe el destino de Satanás y de quienes van en pos de él, creyendo en su engaño, en sus mentiras y en cada una de sus artimañas.
La Biblia es el libro más amado por los hijos de Dios y es a la vez el libro más odiado por quienes se consideran enemigos de Dios. Reyes, emperadores, presidentes y gobernadores han querido eliminarla de sobre la faz de la tierra, pero jamás han logrado su cometido, pues siendo la Palabra del mismo creador no hay criatura alguna sobre la tierra que se atreva a enfrentar su poder o que pueda ante él prevalecer.
“Más la palabra del Señor permanece para siempre…” 1 Pedro 1:25.
Te invito a creer en la Palabra de Dios y a obedecer sus mandamientos, te aseguro que jamás te arrepentirás de haberlo hecho.

DERRIBANDO FORTALEZAS, ARGUMENTOS Y TODA ALTIVEZ.

 


"Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. 2 Corintios 10:3-5 (RVR 1960)

Somos Hijos de Dios y Como tal vivimos bajo el poder, la guía y la dirección del Espíritu Santo que mora en nuestras vidas. Por lo tanto nuestra lucha no es carnal sino espiritual, nuestras armas son poderosas en Dios para destrucción de fortalezas.
Jesús dijo en Hechos 1:8 "Pero, recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."
En nuestra labor ministerial, al dar a conocer a otros el mensaje de salvación, el evangelio de Jesucristo, nos enfrentaremos a diversas situaciones en las que vamos a necesitar sí o sí ser revestidos del poder del Espíritu Santo.
El enemigo no descansa jamás y utilizará todo lo que tenga a su alcance para detener la evangelización de las personas, es así como el siervo de Dios se enfrenta constantemente a personas de mal carácter, autoridades, gente inconforme y con malas intensiones, personas supuestamente mejor preparadas que nosotros, personas que tergiversan la Palabra de Dios y la acomodan a sus propios intereses, el ateismo, la vana religiosidad, obediencia a mandamientos de hombres como si fuesen divinos, pensamientos contrarios a los mandamientos, estatutos y preceptos de Dios, como por ejemplo: aprobar leyes a favor del aborto, de la ideología de género y del matrimonio igualitario. Estas personas se han declarado enemigos públicos de Dios y de su Palabra y defienden a capa y espada sus argumentos, a tal punto que hay gobiernos que ya han cedido ante sus pretensiones y han firmado leyes a su favor, y lógicamente que ellos esperan que la Iglesia tenga que obedecer, sino tendrá que sufrir todas las consecuencias que se le impongan.
Esas son las fortalezas que debemos destruir, esos son los argumentos que debemos derribar y también traer abajo toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios.
Termina diciendo que todo pensamiento debe ser llevado cautivo a la obediencia a Cristo. Y cuándo se toma cautivos, cuando se ha ganado una batalla o una guerra, éstos se llevan como botines o trofeos de guerra.
La Iglesia debe luchar ante cualquier circunstancia que le sea adversa, debe luchar por defender la verdad y sin desmayar, la verdad de Dios debe vencer por sobre todas las cosas.
Toda persona que se diga ser cristiana, que es parte de la Iglesia de Jesucristo debe defender a toda costa la verdad.
"sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros" 1 Pedro 3:15.

Sigamos a Jesús, el Buen Pastor.


"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre" Juan 10: 27-29 RVR 1960

y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre"

Juan 10: 27-29 RVR 1960
¿Eres tú una oveja del Señor?, ¿Perteneces al redil del Buen Pastor?
¿Estás oyendo la voz de Jesús? ¿Él te conoce? ¿Estás siguiendo sus pisadas y yendo por donde él te guíe?
Si eres una oveja del buen Pastor, eres parte de su redil, entonces estás presto siempre a oir su voz y a seguir sus pasos, a cambio de ello Jesús te da vida eterna, él dice que no perecerás jamás, ni nadie te arrebatará de su mano. Y cuando dice nadie, se refiere a las huestes de maldad, a Satanás y sus demonios. Satanás no puede arrebatar de las manos de Jesús a quien el toma por una de sus ovejas y, además Jesús dice que de igual manera no la podrán arrebatar de la mmano de su padre. Eso significa que si eres ya una oveja del Señor estás doblemente seguro, tanto en las manos de Jesús como en las manos de su Padre.
Esa es la seguridad que tenemos los que creemos que en Jesús tenemos vida eterna. La frase "no perecerán jamás" significa que viviremos por siempre, seguros en él por toda la eternidad.
¿Quieres ser una oveja del Señor? ¿Quieres ser parte del redil del Buen Pastor? ¿Quieres oir su voz, dejar que él te guíe y seguir sus pisadas?
Arrepiéntete de todos tus pecados y acepta a Jesús como tu Señor y tu salvador. Acércate a Jesús en oración, pidiendo de todo corazón que perdone tus pecados. Él no sólo perdonará tus pecados, sino que transformará tu vida, quitará el vacío que hay en tu corazón, hará de tí una nueva criatura, escribirá tu nombre en el Libro de la Vida del Cordero, te hará un hijo de Dios y te dará vida eterna. Vivirás por toda la eternidad, juntamente con Jesús y con todos aquellos que hoy le siguen y le sirven y que un día le entregaron a Él también sus vidas.
Si esa es tu decisión, ¡¡Bienvenido seas a la familia de Dios!!
Que Dios te bendiga.

"YO LE RESUCITARÉ EN EL DÍA POSTRERO"


“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.” Juan 6:39,40.

Jesús es la fuente de la vida y de la resurrección. Cuando la Biblia se refiere a la vida, por lo general hace referencia no solo a esta vida terrenal sino también a la vida eterna, y para ser parte y gozar de la vida eterna, los hijos de Dios, los creyentes en Cristo que hayan muerto antes de su venida y esperando su manifestación gloriosa en los cielos, deben resucitar primero. “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero” 1 Tesalonicenses 4:16.
Jesús mismo afirmó que él era la resurrección y la vida.
“Jesús le dijo: Yo Soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” Juan 11:25
“Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?” Juan 11:26
¿Quieres tener y gozar de la vida eterna? ¿Quieres ser parte de aquellos que resucitarán cuando oigan la voz de su Señor, en caso hayas muerto antes de su venida?
La Biblia dice que tenemos que Creer en Jesús y eso no solo implica el conocerle personalmente, sino en creer en su mensaje, obedecer y poner en práctica su palabra, estar dispuestos a seguirle, a servirle, a adorarle, y a ceder a él todos los derechos sobre nuestra vida, es decir dejar que él sea el Señor de nuestras vidas. Tienes que aceptarle como Señor y único salvador personal. Creer en Jesús nos garantiza que podamos gozar de la vida eterna.
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” Juan 3:36
¿Quieres aceptar a Jesús como tu Señor y tu único salvador?
Acércate a Jesús en oración y en señal de arrepentimiento, pidiendo de todo corazón que te perdone. Él no sólo perdonará tus pecados, sino que transformará tu vida, quitará el vacío que hay en tu corazón, hará de ti una nueva criatura, escribirá tu nombre en el Libro de la Vida del Cordero, te hará un hijo de Dios y te dará vida eterna. Vivirás por toda la eternidad, juntamente con Jesús y con todos aquellos que hoy le siguen y le sirven y que un día le entregaron a Él también sus vidas.
Si esa es tu decisión, ¡¡Bienvenido seas a la familia de Dios!!
Que Dios te bendiga.
A menos que se diga lo contrario, todas las citas han sido tomadas de la Biblia Reyna-Valera versión 1960.

"LA IGLESIA DE CRISTO” ADORA A DIOS EN ESPÍRITU Y EN VERDAD.

“Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”. Juan 4:21-24 (RVR 1960).

Jesús jamás afirmó de que iba a haber un lugar en particular para ser el centro de la adoración a Dios e incluso descartó a la misma ciudad de Jerusalén.
Si Jesús hubiese querido que exista un lugar de adoración en especial o una sede mundial del cristianismo, sin duda que hubiera elegido a Jerusalén, puesto que Jerusalén se encontraba en Israel, la nación escogida y amada por Dios. Y si no hubiese sido Jerusalén quizá hubiese elegido a Belén, su lugar de nacimiento, o Nazareth, el lugar donde se había criado, o Galilea donde inició su ministerio, o cualquier otro lugar en Israel.
Recordemos que Jerusalén tuvo un papel muy preponderante en los inicios la iglesia, fue el centro de la iglesia primitiva, allí se concentraron los discípulos y de allí salieron los misioneros que se encargaron de llevar el evangelio de Jesucristo a las naciones.
Jesús dio a entender a la mujer samaritana que ellos estaban adorando lo que no sabían, dicho en otras palabras, estaban adorando de una manera incorrecta y sin saber a quién lo hacían, y que los judíos si adoraban de una manera correcta, le dijo también y con toda seguridad que la salvación viene de los judíos, dándole a entender que si adoraban a la manera de los judíos iban a ser salvos. Los judíos en los tiempos de Jesús acudían año tras año a Jerusalén para adorar, ofrecer sacrificios a Dios y expiar así sus pecados.
Jesús le dijo que llegaría la hora en que los verdaderos adoradores adoren a Dios en Espíritu y en verdad, eso solo muestra que cada hijo Dios puede adorarle sin hacerlo en un lugar en especial, puede hacerlo en cualquier lugar, comunidad, región o país donde se encuentre. Desde ese momento Jesús abría la posibilidad de que Dios iba a ser adorado no solo en Jerusalén sino también en todas las naciones de la tierra.
Jesús jamás dijo que su Iglesia iba a formar parte de una organización mundial con un líder y una jerarquía constituida, tampoco dijo que sería una denominación en particular que afirme que es la única que tiene la verdad y que solo a través de ella se puede ser salvo. No es la iglesia que tiene los mejores edificios en el mundo o que realiza los mejores cultos, ceremonias o rituales religiosos. No es la que llena estadios o coliseos en sus campañas o que se precie de hacer la mayor cantidad de sanidades y milagros. La iglesia de Cristo es espiritual y está formada por todo aquel que ha creído en él, han lavado sus pecados en su sangre, han sido perdonados, apartados del mundo por Dios, sellados con el Espíritu Santo, sus nombres han sido escritos en el Libro de la vida del Cordero, tienen vida eterna, son llamados a vivir en santidad, y es por eso que adoran a Dios en espíritu y en verdad.
Que Dios les bendiga.

SELLADOS CON EL ESPÍRITU SANTO PARA EL DÍA DE LA REDENCIÓN.

“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”. Efesios 1:13-14.

El Apóstol Pablo dirigiéndose a los creyentes de la Iglesia de Éfeso, quienes habían esperado en Cristo (v. 12), al decirles “en él también vosotros” se refiere a que, estando en Cristo, forman parte de un solo cuerpo, la iglesia, cuya cabeza es Cristo “… Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Efesios 5:23) “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” (1 Corintios 12:27),y que ahora también son participes de lo que Dios a través de Cristo ofrece a su Iglesia. Los creyentes de la Iglesia de Cristo hoy en día, gozamos también de los mismos derechos que gozaba la Iglesia de Éfeso a quienes Pablo dirige su carta.
¿En qué momento hemos sido sellados con el Espíritu Santo? Esto ocurre de la siguiente manera: En primer lugar, cuando oímos la palabra de verdad, indistintamente de la forma que llegó a nuestros oídos el evangelio de salvación. En segundo lugar, luego de que hemos oímos el evangelio, lo hemos creído, lo hemos hecho nuestro y lo hemos aceptado por fe en nuestro corazón. En tercer lugar, en el mismo instante en que oímos y creímos el evangelio de salvación somos sellados con el Espíritu Santo. La Biblia Reina Valera Antigua lo expresa de la siguiente manera: “…en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa…” Efesios 1:13
¿Y por quién hemos sido sellados? Según leemos en 2 Corintios 1:21-22 “Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones”. Es Dios Padre entonces quien ha puesto en nosotros el sello del Espíritu Santo. Haber sido sellados por Dios significa que ahora le pertenecemos a Él.
¿Qué significa la palabra arras? Las arras que el Dios nos ha dado por medio de su Espíritu Santo son similares al anillo que el novio entrega a la novia como señal del compromiso; son la garantía de un pacto. Maravillosamente, una vez aceptamos a Cristo como nuestro Salvador, el Señor coloca un sello en nuestro espíritu que nos identifica como propiedad suya; y en nuestro corazón ha colocado una prenda valiosa (El Espíritu Santo) que representa un adelanto de las riquezas espirituales que como a hijos de Dios nos pertenece.1
El don del Espíritu a los creyentes es el pago inicial de nuestra herencia celestial, que Cristo prometió y aseguró para nosotros en la cruz. Debido a que el Espíritu nos ha sellado, estamos seguros de nuestra salvación. Nadie puede romper el sello de Dios. A través del don del Espíritu, Dios nos renueva y santifica. Él produce en nuestros corazones esos sentimientos, esperanzas y deseos que son la evidencia de que somos aceptados por Dios, que somos considerados como Sus hijos adoptivos, que nuestra esperanza es genuina, y que nuestra recompensa y salvación están aseguradas, de la misma forma que un sello garantiza un testamento o un contrato.2
Considerando lo dicho líneas arriba, cabe preguntarnos:
¿Puede Dios quitar el sello con el que él mismo selló a sus hijos para el día de la redención, que es un hecho futuro a la conversión de una persona? (Efesios 1:13; 2 Corintios 1:21-22)
¿Puede acaso Dios quitar el Espíritu Santo a quienes él adoptó como sus hijos?
“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre!” (Romanos 8:15).
¿Puede Dios quitar el Espíritu Santo a quiénes rescató del reino de las tinieblas, o que arrebató de las manos de Satanás, para que vuelvan otra vez a sus dominios?
“Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;” (1 Pedro 2:9)
Finalmente, ¿Puede Cristo dejarse arrebatar a quien el compró con su sangre en la cruz?
“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,” (1 Pedro 1:18-21)
¿Quieres aceptar a Jesús como tu Señor y tu único salvador?
Acércate a Jesús en oración y en señal de arrepentimiento, pidiendo de todo corazón que te perdone. Él no sólo perdonará tus pecados, sino que transformará tu vida, quitará el vacío que hay en tu corazón, hará de ti una nueva criatura, escribirá tu nombre en el Libro de la Vida del Cordero, te hará un hijo de Dios y te dará vida eterna. Vivirás por toda la eternidad, juntamente con Jesús y con todos aquellos que hoy le siguen y le sirven y que un día entregaron también a Él sus vidas.
Si esa es tu decisión, ¡¡Bienvenido seas a la familia de Dios!!
Que Dios te bendiga.
A menos que se diga lo contrario, todas las citas han sido tomadas de la Biblia Reyna-Valera versión 1960.
REFERENCIAS:
1. ¿Sabes cuáles son las «Arras» del Espíritu Santo? https://www.bibliatodo.com/.../sabes-cuales-son-las.../
2. ¿Cuál es el sello del Espíritu Santo? https://www.gotquestions.org/Espanol/sello-Espiritu.html