"...se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia" (2 Tesalonicenses 2:10-12).
No quieres aceptar el evangelio de Jesucristo, ni quieres siquiera
recibir y escuchar a aquellas personas que se acercan a ti para hablarte de
Jesús, pero sí crees y aceptas a aquellos que te mienten diciendo que hay un
lugar intermedio entre el cielo y el infierno, aun cuando Jesús jamás se
refirió a dicho lugar. ¿A quién estás creyendo, a Jesús o a la mentira y el
engaño a que ha sometido Satanás al mundo? ¿En quién o en qué estás depositando
tu fe para ser salvo?
Jesús si habló y muchas veces acerca del cielo como un lugar donde
vivirán por toda la eternidad los que creen en él, que han renunciado al mundo,
que le han entregado su vida y hoy le sirven con todo su ser (Mateo 10:39; Juan
3:16; 36). Jesús mismo afirmó que iba a preparar lugar para nosotros en la casa
de su Padre (Juan 14:2). El Apóstol
Pablo hablando del cielo dijo que “…nuestra ciudadanía está en los cielos, de
donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo,” (Filipenses 3:20); y que estaremos allí por siempre con el Señor”
(1 Tesalonicenses 4:16,17).
Jesús tambien habló y muchas veces acerca del infierno, del cual dijo es
un lugar donde el gusano no muere y el fuego jamás se apaga (Marcos
9:44-48). Dijo que el infierno es un lugar real, que fue preparado para Satanás
y sus ángeles (Mateo 25:41); y que es un lugar de condenación
para aquellos que no creen en él (Juan 3:17,18).
El infierno o Lago de fuego, es un lugar donde sufrirán y serán
atormentados por toda la eternidad aquellos que se niegan a creer y a obedecer el
evangelio de Jesucristo (2 Tesalonicenses 1:8; Apocalipsis 14:11). Allí serán
lanzados vivos la bestia y el falso profeta (Apocalipsis 19:20); Allí será
lanzado el diablo (Apocalipsis 20:10); allí serán lanzados la muerte y el Hades
(Apocalipsis 20:14); y finalmente, allí
serán lanzados también los que no se hallen inscritos en el Libro de la vida
del cordero (Apocalipsis 20:15).
Sin embargo, Jesús jamás habló acerca de aquel lugar al que la Iglesia
Católica llama "purgatorio", como si lo hizo sobre el cielo y el
infierno y de eso hay mucha evidencia bíblica. No creas en esa vil mentira
sobre el purgatorio, que lo único que hace es que no te preocupes de tu
salvación, que hagas oídos sordos a los que te llegan a hablar de Jesús y que
no te preocupes por creer en nuestro Señor Jesucristo, el único que te puede
salvar de la condenación eterna en el infierno; porque según esa creencia,
igual irás al cielo después de pagar hasta el último centavo por tus pecados en
el purgatorio, aun cuando vivas tu vida como mejor te plazca. La creencia en un
purgatorio inexistente lo único que puede hacer de ti es condenarte al infierno,
más no puede llevarte al cielo.
Amigo, el único en el que debes creer es Jesucristo, él es el único que
te puede librar de toda condenación, él es el único que te puede librar de las
llamas eternas del lago de fuego. Recuerda que después de morir sólo te esperan
uno de esos dos lugares de los que sí habló Jesús: el cielo, para vivir por
toda la eternidad o el lago de fuego, donde serás atormentado por toda la
eternidad.
". ..está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y
después de esto el juicio" (Hebreos 9:27). Es decir que después de morir
al no creyente en Cristo Jesús, sólo le espera el juicio ante Dios que cuya
sentencia es ser lanzado al Lago de fuego donde sufrirán por toda la eternidad.
En el día del Juicio ante el Gran trono de Dios sólo se presentarán “los
muertos” (Apocalipsis 20:11-15), aquellos que no están inscritos en el Libro de
la vida del cordero, que vivieron y murieron en sus pecados; aquellos que por
voluntad propia decidieron no creer en Jesús aun cuando Dios les dio la
oportunidad de hacerlo, y que sin embargo si creyeron en toda clase de mentira.
Jesús es el único camino que debemos seguir para llegar al cielo; él es
la única verdad en la que debemos creer y él es el único de quien podemos
recibir vida eterna. La decisión de creer o no creer en Jesús sólo se puede
tomar aquí en este mundo y mientras aún estamos en vida, no hay una segunda
oportunidad, una vez muertos ya no hay en absoluto ninguna esperanza para nadie.
No creas a los que te digan que aún muertos hay esperanza en el
purgatorio, esas personas son instrumentos que Satanás utiliza para llevarte al
infierno. Satanás ha cegado tu entendimiento para que no creas en el evangelio
de Jesucristo. “En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de
los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio…” (2
Corintios 4:4). Él es mentiroso y padre de toda mentira “Vosotros sois de
vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha
sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no
hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y
padre de mentira” (Juan 8:44)
Si el purgatorio existiese, no crees que Jesús mismo lo hubiese dicho,
como si habló del cielo y del infierno; y si no lo hizo es porque sencillamente
ese lugar no existe.
Jesús si dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie
viene al Padre, sino por mí" Juan 14:6.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más
tenga vida eterna.” Juan 3:16.
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en
el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” Juan 3:36.
¿Le crees a Jesús? ¿Crees que sólo Él es el único camino al cielo y el
único que nos puede dar la vida eterna? ¿Seguirás rechazando el evangelio de
Jesucristo y creyendo en la mentira del purgatorio?
La decisión es solo tuya, decídete a dejar el pecado, el mundo y los
placeres mundanales. Decídete a ser parte de la Iglesia de Jesucristo, aquella
Iglesia formada por aquellos hombres y mujeres que lo han dejado todo por amor
a Cristo, que han creído en su verdad, que le siguen, le sirven y le adoran con
todo su ser.
Arrepiéntete de todos tus pecados, entrega tu vida a Jesucristo y
acéptalo como tú Señor y único Salvador personal.
Si has llegado hasta aquí es porque el Espíritu Santo de Dios está
tocando a tu corazón. No te resistas al llamado del Señor, ábrele hoy mismo tu
corazón.
Amén. Que Dios bendiga tu vida y la de los tuyos.
